7 apuntes a propósito de los 10 años de la Red de Intelectuales y artistas en defensa de la humanidad

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A partir del 10 de diciembre se estará realizando en nuestro país el aniversario de la Red de Intelectuales, Artistas y Movimientos Sociales en Defensa de la Humanidad, estarán visitando la ciudad capital cientos de hombres y mujeres del país y del mundo entero que se dedican a la creación intelectual, además de la organización y militancia en contra del sistema capitalista. Hace rato que la palabra intelectuales, escritor, escritora y artista nos incomoda, por el pasado que arrastran, por las prácticas y convenciones que no compartimos, sobre todo porque tenemos entendido desde hace rato que todas y todos somos intelectuales, es más, en este ejercicio político permanente al que nos convoca la Revolución Bolivariana en los espacios de organización y participación desde que comenzamos el proyecto de plantarnos ante el imperialismo y decirle que va, nosotros no vamos con usted, nos hemos visto en la necesidad de hacer un ejercicio intelectual constante, de creación continua, sin descanso; somos el intelectual colectivo que llama el Presidente Maduro en lo que denominó la Revolución del conocimiento.

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¿Qué se supone que es una Red de escritores, de intelectuales, de creadores y creadoras? ¿Cómo se come eso?
Dentro de tantas cosas que puede ser es: un espacio para el pensamiento. Una comunidad conformada por escritoras y escritores; por poetas, ensayistas, narradores orales, historiadores, guionistas, dramaturgos, narradores y novelistas, todos aquellos que usan la palabra escrita, su voz, sus discursos, sus creaciones y también la lectura como forma de expresión y comunicación.
 
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Es un hoy acelerado que reclama audacia, acción permanente. En este tiempo en que los llamados medios masivos de comunicación en manos del imperialismo, del complejo militar industrial, bélico-comunicacional, que tiene políticas muy definidas de moldear más que nunca la conducta de la humanidad, es imperativa, absoluta, total, irrevocable –citando al Gigante-, la necesidad del encuentro de los pensadores y pensadoras, de los creadores que ven al mundo desde otra óptica.

Y no el encuentro para el regodeo estético sin intención edificante. Sino para la sistematización a través de la palabra creadora y dadora de vida. Las escritoras y escritores que están de éste lado de la acera del mundo, de la siemprevida de lo siemprenuevo, tienen un deber, un deber cívico como creadores: prestarse a la defensa del proyecto Bolivariano y demás proyectos de liberación nacional en la región, prestarse a la defensa del legado continental que hoy percibimos, porque toda Revolución verdadera sufre el eterno asedio: concebirse como escritores de Nuestra América, para tener de una vez por todas la valentía de llamarnos Americanos porque somos de Nuestra América, llamarnos solo venezolanos –apropiándome del grande Jorge Abelardo Ramos en la historia de la Nación Latinoamericana- es no tener el coraje suficiente de sentirnos de una Patria Grande, de esta Roca de Crear en donde sigue Bolívar todavía, vigilante, como dice Martí.
 
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¿Con qué defendemos? ¿Cuáles son nuestras armas? ¿Realmente funciona para algo escribir un poema en contra del imperialismo, en contra de la guerra, a favor de la paz mundial, un panfleto en contra del capitalismo, del abuso de las transnacionales? Por supuesto que sí. Sí a las anteriores. ¿Qué es la obra fundamental del grande Gabriel García Márquez, Cien años de soledad? Un bello panfleto que denuncia la invasión trasnacional en nuestro hermano país y Centro América; realismo mágico en Uslar Pietri quitándole el aura a lo real maravilloso que diría Carpentier; más nos dominan por la ignorancia que por la fuerza diría el Libertador. Hoy siguen haciéndolo, usando eufemismos para designar invasiones. Realismo mágico. Así bautizó la literatura “oficial” la invasión y las cabezas de playa del capital financiero trasnacional. Hoy siguen haciéndolo: bombardeos humanitarios, daños colaterales, contratistas, acercamientos vigorosos. “Simples”  adjetivaciones para enmascarar bombardeos a hospitales y escuelas, mercenarios e invasiones a lo que otrora fue llamado su “patio trasero”.
Todo esto a punta del lenguaje.
 
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Hoy tenemos Patria. Así se despidió Chávez. El Chávez Presidente. El poeta, el también escritor, el Corazón de la Patria, el gran promotor del libro y la lectura. Y lo dijo no para que se hiciera un panfleto eterno: sino para darnos a entender que las condiciones están dadas para todas y todos. Patria para nuestras niñas, Patria para nuestros niños: y para nuestros escritores y escritoras también. Creadores que ya no tienen el peso de la persecución por lo que dicen, creadores que hoy día, con todos los detalles y errores que podamos haber cometido, son publicados, homenajeados, atendidos: hay hasta bienales con sus festejados vivos.

Parece mentira, pero no. Pura verdad.

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¿Qué puede hacer una Red de pensadores? ¿Qué pueden hacer mujeres y hombres que se dedican al asunto de las ideas en el hoy, en este irreductible presente?: asumir su condición de sujetos históricos. Somos un gran nosotros, un sujeto colectivo de cambio que busca más sumar que restar, llamar a la juventud a hacer presencia, con un permanente consejo de las y los más experimentados, volver al círculo de sabios del origen, para no mover un pie ni tomar una decisión por si solos, sino en el consenso, con el debido consejo dado por nuestros mayores que son los más aptos por la experiencia; escuché reciente: más sabe Fidel por viejo y guerrillero que por Fidel.
 
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Una Red de intelectuales debe ser un crisol en donde se encuentren los pilares morales y espirituales de una región, de un país, de un continente entero; para construir y hacer fortalezas en nuestras expresiones, con la virtud crítica de asimilar la tradición, tomando aquello que nos edifica, desdeñando y desmontar aquello que lacera nuestra identidad, en un inventar y errar sin descanso, operando nuestros símbolos del origen que tienen resonancia en el inconsciente colectivo de la humanidad, para seguir tejiendo lo posible con la palabra en la palabra y por la palabra.
 
Que nuestra Red de intelectuales sea un poderoso Tanque del Pensamiento en defensa de la Revolución Nuestramericana, con sus hombres y mujeres siempre listos, en lo táctico y estratégico, en la defensiva y la ofensiva, en la planificación a corto, mediano y largo plazo, milicianos en armas en la batalla de las ideas para la liberación definitiva.
 
Que así sea.     
 
 

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